Los páramos y bosques andinos funcionan como grandes reservorios naturales que regulan el ciclo hidrológico y permiten la disponibilidad y la calidad del agua en una cuenca. A pesar de su importancia, estos ecosistemas están siendo deforestados y degradados, lo cual puede afectar a la actividad agrícola, que es la que más agua demanda en la cuenca baja y es la base del sustento laboral, económico y alimenticio de la población rural.
En este escenario, una organización de pequeños agricultores que gestiona el agua para riego en ecosistemas semiáridos en la costa norte del Perú, toma conciencia de la importancia de este recurso para sus cultivos frutales, en especial mangos y limones de exportación. Junto con actores privados y públicos promueve, a partir de los aportes de su junta de usuarios de riego, un fondo que permite gestionar y canalizar recursos financieros para las familias de la parte alta de la cuenca, para que desarrollen acciones de producción sostenible y de conservación en sus bosques y páramos.